A medida que continuamos mirando hacia atrás en la carrera de Indurain, es importante recordar que su impacto se extiende más allá del deporte del ciclismo.
Los entusiastas del ciclismo de todo el mundo todavía hablan de un hombre que dominó el deporte en la década de 1990 y estableció un estándar que aún no se ha superado. Ese hombre es Miguel Indurain, el legendario ciclista español que ganó cinco títulos consecutivos del Tour de Francia entre 1991 y 1995.
Su legado como uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos continúa inspirando a las nuevas generaciones a practicar este deporte y esforzarse al máximo. .
Los logros incomparables de Indurain sobre la bicicleta sirven como testimonio del poder del trabajo duro, la dedicación y la perseverancia para alcanzar la grandeza.
Sin embargo, su legado va más allá de sus logros deportivos; Indurain también fue conocido por su deportividad y naturaleza humilde tanto dentro como fuera de la bicicleta.
Nunca se jactó ni se jactó de sus victorias y siempre dio crédito a sus compañeros de equipo y entrenadores por sus contribuciones a su éxito.
Esta humildad y respeto por los demás es lo que realmente distingue a Indurain como un modelo a seguir para atletas y no atletas por igual.
El legado de Indurain sirve como un recordatorio de que la verdadera grandeza se logra no solo a través del talento y el trabajo duro, sino también a través del carácter y la humildad.
A medida que continuamos mirando hacia atrás en la carrera de Indurain, es importante recordar que su impacto se extiende más allá del deporte del ciclismo.


En 1995 Miguel Indurain ya había conseguido los 5 tours de Francia y 2 giros de Italia y afrontaba un nuevo campeonato del mundo en ruta. Este año se celebraba en Colombia en un durísimo trazado de la ciudad de Duitama. Los corredores debían de dar 15 vueltas a un trazado de 265 kilómetros y medio.
Era la segunda edición que se corría un campeonato del mundo contrarreloj. En la anterior edición disputada en Italia ganó el especialista Chris Boardman. Indurain renunció a correr esa edición, porque quiso superar el record de la hora que precisamente lo ostentaba el corredor inglés. Ambos lograron su objetivo aunque Miguel lo perdiera dos meses después.
Miguel Indurain preparó el asalto al 5º Tour de manera tranquila, sin correr ni Giro ni Vuelta a España. El fiasco en el Giro de 1994 y el paso de los años, habían sido las razones principales para ceñirse exclusivamente al Tour de Francia de 1995.
Miguel Indurain venía de hacer un doblete la temporada pasada y este año había planteado su preparación de la misma manera. Ya había conseguido el Giro de 1993 e iba a por su segundo doblete de forma consecutiva. Los rivales que iba a encontrar Indurain en esta edición eran el italiano Claudio Chiappucci y el suizo Tony Rominger, que venía de ganar las últimas dos Vueltas a España.
Miguel Indurain empezó la temporada en 1992 con mucha más tranquilidad, ya que había conseguido su objetivo de ganar su primer Tour de Francia y no necesitaba demostrar su categoría. Por eso, el director de Banesto José Miguel Echavarri, quería que preparase bien el Tour.
El 2º Giro de Italia de Miguel Indurain lo quiso plantear como el primero. Buscaba un Giro tranquilo, de preparación para asaltar su tercer Tour de Francia. El Giro de Italia de 1993 destacaría por tener menos contrarreloj y más montaña. Además, una de las contrarrelojes era cronoescalada. Los rivales de Indurain eran el italiano Claudio Chiappucci y el letón Piotr Ugrumov.